cómo promover el flujo de la energía vital con el chi kung
El chi kung es un saber ancestral y uno de los 5 elementos de la medicina tradicional china, junto con los masajes tuina, la acupuntura, la nutrición y la terapia de hierbas china. Es, por así decirlo, un concepto holístico del movimiento que enseña a las personas a moverse para activar las vías energéticas del cuerpo. Según cuenta la leyenda, el chi kung se debe al sincero deseo de la humanidad de que el cielo dejara que lloviese. Para hacerlo posible, la gente primero se volvió hacia el cielo y luego hacia la tierra. Fue entonces cuando las personas notaron que este flujo de movimientos generaba energías que circulaban por ellas. El chi kung evolucionó a partir de este ritual.
Hoy en día, también en el mundo occidental, se trata de un método generalizado y reconocido para armonizar el cuerpo, la mente y el alma, lo que significa encontrarse a uno mismo para poder ser uno mismo y asumir la responsabilidad personal, para poder aprender a dejar ir los pensamientos y para practicar la introspección.
Numerosos estudios* han demostrado los efectos positivos del chi kung en el sistema inmunológico, la gestión del estrés, la agilidad, la fatiga, la calidad de vida y la concentración. Para lograr esto, el chi kung se sirve del movimiento, la respiración y la imaginación. Cada movimiento y cada postura tienen un significado claramente definido, y, en lo que respecta a su efecto, muchos ejercicios sirven para cuidar órganos específicos. Los movimientos lentos y meticulosos, que inicialmente pueden parecer bastante complicados, activan los puntos de acupuntura, que son centros de información a nivel físico, emocional y espiritual. Para practicar el chi kung, no es necesario conocerlos; en realidad, los ejercicios tratan de una conciencia que no juzga. El objetivo no es entender los puntos, sino sentir qué le está pasando al cuerpo sin juzgarlo. El proceso va de la conciencia a la atención plena, por lo que la respiración también desempeña un papel crucial. Cada vez se inhala y exhala de forma más lenta y suave. Llegados a un cierto punto, la respiración se convierte en un flujo de energía que solo se expande o se contrae o sube y baja.
También es muy importante usar la imaginación durante los ejercicios, ya que esto te permite profundizar en tu cuerpo y así llegar a puntos que, de lo contrario, no podrías alcanzar. Esto es importante porque, según el chi kung, la energía sigue a la atención. Por ejemplo, si usas tu imaginación para concentrarte lo suficiente e intensamente en tus manos, la energía y la sangre la seguirán y, finalmente, tus manos se calentarán.
Los ejercicios de chi kung también se pueden utilizar para dejar ir los pensamientos y las emociones y soltar los bloqueos. En última instancia, el objetivo es lograr un cierto estado de separación y distanciamiento de la información perturbadora, como los miedos, mediante la interacción adecuada del movimiento, la respiración y la imaginación. Así se puede gozar de una sensación de bienestar y paz y, con esta sensación, seguir practicando. Mientras pensemos, los pensamientos «nos quitarán» nuestra energía, haciendo que fluya allí donde vayan estos en lugar de quedarse en el cuerpo o con los ejercicios. El chi kung, que se puede aprender sin ningún conocimiento previo y a cualquier edad, tiene ejercicios básicos y ejercicios que se pueden utilizar para tratar problemas específicos, como la sobrecarga mental, el estrés y la ansiedad, entre otros. Ofrece una amplia gama de ejercicios y sigue los principios del yin y el yang. El yin y el yang son símbolos de la filosofía del Lejano Oriente y se consideran unos polos opuestos que interactúan dinámica y complementariamente entre sí. De acuerdo con esta teoría, la energía fluye entre los dos polos. Esta dicotomía se expresa en el chi kung en la alternancia del movimiento y el descanso, el ascenso y el descenso o la tensión y la relajación, por ejemplo.
Los cinco elementos (madera, tierra, agua, fuego y metal) también tienen su importancia en el chi kung. En la teoría china de los cinco elementos, representan los principios básicos de la vida. Cada elemento representa ciertas características que deben mantenerse en equilibrio. La acupuntura también cuenta con puntos elementales y el chi kung, como se ha mencionado al principio, activa dichos puntos. Si una persona tiene un «exceso» de un elemento, esto se puede reducir con ejercicios especiales. De manera algo simplificada, se dice que las personas que, por ejemplo, se enfadan y se vuelven agresivas enseguida tienen mucha madera. Hay ejercicios especiales para reducir este «exceso» o redirigirlo donde, por el contrario, haya una «carencia».
En algunas formas de chi kung, la espiritualidad también desempeña un papel importante. Esto no se refiere necesariamente a la religión, que, si bien puede ser útil, no es esencial. Los ejercicios espirituales se utilizan más bien para conocerse a uno mismo, para tomar conciencia de uno mismo con honestidad y, por lo tanto, para dar a las demás criaturas la oportunidad de ser ellas mismas.
Lo que puede sonar difícil o, a veces, incluso esotérico es hablar de una práctica milenaria del Lejano Oriente, cuyos efectos positivos son indiscutibles en la actualidad. Merece la pena dedicar tiempo a probarla. Cuesta tanto describir la sensación de bienestar y la calma que los ejercicios de chi kung pueden dar, como el agradable y liberador proceso para encontrarse a uno mismo. Se trata de «cultivar la energía vital» a través del chi kung con intensidad y un efecto curativo. Pero la curación no debe entenderse como estar sano, sino como estar en paz con uno mismo. Lo ideal, al principio, es aprender el chi kung en un curso básico en grupo. Luego, poco a poco, comenzarás a practicar en casa, por lo que la regularidad es primordial. Básicamente, solo necesitas 10 minutos al día que son un regalo para ti. Dedícatelo con regularidad, te sentará más que bien.
¿Por qué es importante el chi kung para las personas con cáncer?
Con la ayuda del chi kung, puedes conseguir librarte de tus miedos y hacer que tu corazón se calme. Así podrás lograr un cierto grado de aceptación del proceso a continuación y de sus diversas etapas. Con la ayuda del chi kung puedes profundizar cada vez más en tu ser, alcanzar capas cada vez más hondas y, en el mejor de los casos, con mucha práctica, llegar a esas capas que posibilitarán cambios realmente profundos.
A Ursel Barnes, por ejemplo, siempre le gusta invitar a la gente a comenzar con el chi kung desde el exterior. Es decir, a comenzar con la piel, con la acupuntura y con ejercicios de agitación para soltar ciertas energías sombrías o sentimientos que no nos sientan bien. Tan pronto como los sueltes, podrás absorber la energía fresca de tu entorno. Solo esto puede generar ya una sensación agradable y pacífica. Si puedes absorber más energía aún, aprenderás a dejar que la energía positiva circule dentro de sí misma y, finalmente, a liberar los bloqueos con ella. La respiración también ayuda a lograr una mayor calma. Además, los estudios sugieren que, si se practica de forma regular, el chi kung también puede reducir la fatiga, los trastornos del sueño y los estados de ánimo depresivos. En general, el chi kung puede tener una influencia positiva en la calidad de vida y, por lo tanto, contribuir al éxito de un tratamiento.
* Consulta otros estudios científicos y los hallazgos sobre el chi kung en el sitio web: www. Qigonginstitute.org.